Psicólogos en Gijón
Los niños y los jóvenes desarrollan y establecen una red compleja de relaciones en los entornos en los que interactúan; estos son el familiar, el social y el escolar. Estas relaciones son positivas si contribuyen a que crezcan como personas y se hagan cada vez más fuertes, pero cuando en ellas ocurren situaciones de violencia que llevan al aislamiento, a la soledad y al temor, las posibilidades de crecimiento cambian.
En los últimos años padres y profesores han dirigido su preocupación a la violencia escolar. Y es que existen diferentes maneras de intimidar o de agredir en el colegio. No sólo se trata de las peleas; también hay violencia cuando se crean rumores o comentarios que atentan contra la dignidad de alguien, cuando se excluye del grupo o se hacen gestos para apartar a una persona y eso la lleva a alejarse y no sentirse bien en el colegio; cuando los niños o jóvenes usan herramientas de Internet como, Facebook, Instagram u otros para publicar mensajes denigrantes, chismes etc.
Cada vez es más frecuente encontrarse en las aulas casos de bulying. Normalmente este tipo de acoso se empieza a ver en los cursos de primaria, pero es ya en la etapa infantil cuando debe comenzar la prevención. La intervención por parte de los padres en un caso de acoso escolar es crucial, sin embargo se requiere de la participación de los profesionales de la educación para abordarlo.
¿Cómo podemos detectarlo?
Es habitual que las víctimas sufran tanto miedo o vergüenza que no se atrevan a contarlo en casa. Podemos observar ciertas pautas que pueden ser las señales de que algo no marcha bien:
- No quiere ir al colegio y finge enfermedades o malestar para evitar ir a clase.
- Siempre sale el último del colegio y espera para hacerlo solo. Ha cambiado sus rutas habituales de casa a la escuela y viceversa.
- Se le nota triste, no habla mucho y tiene cambios de humor. Puede mostrar ira o rabia de forma repentina.
- Tiene pesadillas, pérdida de apetito o náuseas y está nervioso constantemente.
- Su rendimiento académico ha disminuido considerablemente sin ninguna razón aparente.
¿Cómo podemos enfrentarlo?
En el caso de que los padres sospechen que su hijo es una víctima de bullying es sumamente importante establecer un canal de comunicación y de confianza para que el niño se sienta cómodo al hablar, sin olvidarse de mantener la calma y demostrar determinación y positivismo. Hay que ponerse en contacto con el profesor del colegio y con la dirección para alertar al centro de lo que ocurre y pedir su cooperación para solucionarlo. En muchos de los casos es necesaria la intervención de un psicólogo que participe activamente en el proceso.
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